Todo lo que el matrimonio protagonista ha querido siempre es algo teóricamente simple: un hijo. A pesar de los intentos, ese deseo no parece hacerse realidad. Hasta que, una noche, un meteorito cae en la granja en la que estos viven. El mismo resulta ser una nave que contiene a un niño dentro. Conforme este va creciendo, descubre que tiene unas habilidades especiales que no le permiten encajar con el resto, unas habilidades que, de forma contraria a lo que se podría pensar, acaban sacando lo peor de sí mismo.